lunes, 4 de mayo de 2009

Segunda oportunidad

Ha habido muchas veces en las que deseé retroceder el tiempo, tener un mágico reloj que se cuelgue en el cuello y que, con unas cuantas vueltas, te permita regresar a ese instante, para salvarlo.

¿La razones? Muchas, y de variada naturaleza. Hay puntos de mi pasado en los que habría querido no decir tal o cual cosa, hay otros en los que hubiera regresado para no resultar herida. Pequeños disgustos, algunos errores, grandes caídas, muchas heridas, todo junto. Pero no ha habido momentos en los que quise tanto poder introducir un flasback como aquellos en los que fui yo la que herí, la que mentí, la que hice daño a las personas que me Aman.
Las cosas son más difíciles cuando el pasado está muy fresco, ahí los días aún duelen, y lo que más quieres es un "giratiempo", pero no está, no existe, y al final entiendes por qué.
Con el paso de cada experiencia aprendí que las cosas siempre tienen una causa, sea cual sea. Y lo importante es aprender, aprender a curar y sanar esas heridas, para que terminen como cicatrices, como recuerdos de algo que te sirvió para llegar a algo más.
El tiempo se convirtió en gran aliado. Había temporadas en las que lloré cada minuto para intentar sacar el vacío de la decepción dentro de mí, y la desesperación me invadía al constatar que los días pasaban sin que eso ocurra. Pasaban iguales uno tras otro, hasta que uno de ellos se presentaba diferente, llegaba a mi vida para contarme que el vacío había empezado a salir al fin, como una bruma de perdón sincero, y como unas cuantas lágrimas más.


Estoy agradecida con la vida porque hay segundas oportunidades y no vueltas al pasado. Soy de las personas que creen que cada experiencia, sea ésta buena o mala, trae consigo un aprendizaje para crecer como ser humano.
Y si eso funciona, y logras aprender de aquella mala decisión que te llevó a un oscuro abismo, también es fácil entender que tener una segunda oportunidad no significa desvalorizar la importancia de cada instante, sino que representa el impulso para no hacer de nuevo lo que hubieses querido no hacer jamás, y hacer una y mil veces aquéllo que te hace feliz.


Ha habido muchas veces que deseé cambiar lo que ya había pasado, pero en esas mismas veces el tiempo seguía su armonioso paso, haciéndome ver que las cosas pasadas son experiencias, y que son las experiencias y cicatrices las que te hacen tú, un único ser humano que tiene su propia leyenda personal.

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